Veronica Martinez

Friday, September 08, 2006
Entre velas, incienso y talismanes, cánticos, bailes exuberantes y vestimentas blancas, la comunidad afrobrasileña rinde culto a entidades místicas como parte de una tradición heredada por sus antepasados esclavos: la Umbanda.
Umbanda es una religión brasileña que fusiona elementos del Cristianismo, el espiritismo, y creencias religiosas africanas e indígenas americanas. Existen diferentes congregaciones o escuelas de pensamiento de Umbanda. Entre ellas, existen ciertas diferencias, aunque en general, todas ven a Olodum como su único dios y ser supremo, y a entidades menores, llamadas orixás, las cuales representan los principios del amor, el conocimiento, la creación, la evolución, la fe y la justicia.
Estos elementos, de acuerdo a La Faculta de de Teología Umbandísta, la cual se describe como "la organización administrativa y pedagógica de la Umbanda" en Brasil, se utilizan para alcanzar el principal objetivo de la Umbanda; el cual definen como "la resolución de las tensiones y los conflictos . . . y la búsqueda de la paz". Además, se busca cumplir con el precepto umbandísta que dice "da de gracia, lo que de gracia recibiste: con amor, humildad, caridad y fe".
En el texto Formação do campo Umbandista em São Paulo, se acierta al decir que la Umbanda es una religión aún en desarrollo, compleja y contradictoria a la vez.
Inicialmente, el desarrollo de la Umbanda en Brasil encontró su origen en los primeros años de la ocupación portuguesa. Fueron estos colonizadores quienes llevaron miles de africanos al territorio sudamericano para servirles como esclavos y realizar arduas labores.
Desde el primer momento, los esclavos tuvieron una gran influencia en la cultura brasileña pues trajeron muchas de sus costumbres y creencias, las cuales preservaron y con el tiempo, mezclaron con aquellas inculcadas por los portugueses. Fue precisamente la combinación del culto cristiano, el cual les fue impuesto por la Iglesia Católica, y los cultos de su tierra natal lo que produjo la creación de nuevas religiones, entre ellas la Umbanda.
En un principio, sus seguidores se vieron forzados a practicarla en secreto. Esto lo lograron escondiendo sus deidades detrás de figuras de santos católicos. Eventualmente, esto llevó a la adopción de imágenes católicas, aunque otorgando a cada una un significado distinto. De este modo, la Virgen María se convirtió en la representación de Iemanjá, diosa del mar, mientras que San Roque se transformó en figura intercambiable de Ossanha, diosa de la salud.
No existe, sin embargo, una sola Umbanda. De acuerdo a Alejandro Frigerio, autor del libro Cultura Negra en el Cono Sur: Representaciones en Conflicto, se puede agrupar a los templos de Umbanda entre aquellos "menos occidentalizados", los cuales conservan varios rasgos africanos como tambores, sacrificios, y demás, hasta los "más occidentalizados", los cuales "prescinden de estos elementos y adoptan una práctica más similar a la espiritista".
Por lo general, en los rituales de ofrendas, se utilizan substancias representativas de los tres reinos de la naturaleza: el animal, el vegetal y el mineral. De esta forma, se utilizan elementos como la baba de caracol, la miel y la sábila, el carbón y la cal. En las ofrendas también se utilizan las flores, las velas, bebidas alcohólicas, cantos y danzas de origen africano. Estos ofrecimientos se llevan a cabo en distintos lugares, dependiendo del orixá al que se desee realizar la ofrenda. Por ejemplo, las ofrendas a Oxalá, deidad de la sabiduría y la paternidad, se depositan en zonas verdes, mientras que aquellas en honor a Iemanjá, "dueña de los mares", se dejan junto a corrientes de agua naturales.
También se realizan otros tipos de ritos que hacen que muchos describan a la Umbanda como "magia blanca". Entre ellos, los llamados "trabajos", los cuales incluyen la confección de amuletos, la invocación de espíritus y la preparación de bebidas con supuestas propiedades especiales, todas para lograr objetivos que se consideran "benévolos", por ejemplo, curar una enfermedad, o conseguir el amor de la persona deseada.
A partir de los años 60, el fervor al rito Umbanda se ha hecho evidente en la sociedad brasileña, sobre todo en Río de Janeiro. Muestra de ello son los compositores e intérpretes de música popular que han incorporado el tema a sus canciones. Entre ellos, Vinícius de Moraes, conocido poeta y músico brasileño, quien compuso melodías como "Canto de Iemanjá" y "Canto de Ossanha", las cuales claramente hablan del culto a estas deidades umbandistas.
Lo cierto es que la Umbanda es ya parte de la cultura popular brasileña. Lo que antes escandalizaba a la sociedad brasileña al encontrarse restos de las ofrendas umbandistas, talismanes y velas ya extinguidas por las calles de sus ciudades, dejó de incomodar, y actualmente, forma parte de su día a día.