BOTANICA DE LOS ORISHAS
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DAGAME: Dueño Todos los Orishas.
Sirve de base a la nganga. Es muy poderoso. Tiene la virtud de hacer posible fecundar a las mujeres.
Un talismán que se fabrica con sus hojas, librará de peligros al viajero que cruza el mar e impedirá que enferme en la travesía. Desde luego será necesario que sea complementado con otros ingredientes poderosos.
Las mujeres cuando están con el período no pueden pasar por debajo de las ramas del Dagame porque les roba el menstruo.
En esas condiciones, la sombra del Dagame es mala para las mujeres, las vuelve locas. Es excelente para purificar, en baldeos, los suelos de las casas.
DIAMELA: Dueño Obatalá.
Las hojas y flores para despojos. Con el aroma exquisito de la flor, se prepara un amuleto amoroso.
EBANO CARBONERO: Dueño Eleggúa.
Las hojas en cocimiento, ennegrecen bellamente la piel. La corteza hervida se prepara para el mismo objeto, para friccionar la piel.
ESCOBA AMARGA: Dueño Babalú Ayé, Ayánu.
Con la Escoba Amarga se cubren las dos jícara que en Regla Arará contiene el Orisha.
Es una de las yerbas favoritas con las que despoja y limpia Babá a los enfermos. Cualquier enfermedad se limpia con Escoba Amarga y maíz tostado. Después de los pases se lleva un huevo a la carretera y allí se estrella diciendo: “Babalú Ayé, comete la masa y deja el hueso”, “sálvame a fulano de tal”. Durante 7 días se le pasa al enfermo, un huevo por el cuerpo.
Además de todos estos empleos mágicos, la Escoba Amarga de Babá es muy “curandera”. Con tres raíces en cocimiento, se corta la fiebre. Toda la planta en infusión se utiliza contra el paludismo.
Revienta tumores y granos, en cataplasmas y en polvos, “trabajada” como una pasta cura la
tiña, los eczemas y todas las erupciones de la piel. Esta planta ayuda mucho a los leprosos, los alivia mucho.
EMBELESO: Dueño Todos los Orishas.
El Embeleso se emplea de continuo en la magia amorosa. El Embeleso (porque “embelesa”), junto con los ojos del majá (inioka, mboma), porque fascinan y a la astilla de palo “para mi” es un poderoso talismán para el amor.
ESCOBA CIMARRONA: Dueño Eshu.
Para obligar a un muerto que abandone la casa donde se obstina en permanecer, las ramas se colgarán detrás de la puerta.
ESPARTILLO: Dueño Eleggúa, Ochosí.
Para debilitar las tisanas congas (las preparadas por los paleros) que son demasiado fuertes.
Cuando se disputa por la posesión de una tierra se hace un “nkangue” de antemano en la nganga.
Todos los días se aprieta el nudo hasta dejar idealmente acogotado al contrincante. Ganado el pleito se le da a la mata de Espartillo, sangre o huevo de “sabanero” (nui nibaleke). Este pájaro “Sabanero” es cosa grande.
ESPIGELI: Dueño Oshún
Para baños de despojo. Purifica y vuelve a unir a los matrimonios que se han roto.
ESPINACAS: Dueño Oshún.
Para cubrir el habitáculo de esta Diosa y “refrescarles”.
ESPUELA DE CABALLERO: Dueño Eleggúa.
Nació esta yerba cuando el “kereketé” hizo el nido. Pero pasó un cazador y pisó los huevos. El kereketé lo maldijo. En adelante puso los huevos sobre una piedra y esta planta nació para protegerlos.
Como nace llena de espinas sobre las piedras, cuando “linga” (amarra) “linga fuerte”.
Excelente para hacer polvos de mayombe y otras preparaciones mágicas. Se emplea en aquellas rogaciones que se hacen para beneficiar a personas que están arruinadas.
“Abre Camino”. Con esta yerba se le pone un cerco a Eleggúa cuando convine que se avive. Para “espolearlo”.
Con el zumo de las hojas, curan los galleros los ojos lesionados de sus gallos de pelea.
ESTROPAJO: Dueño Obatalá.
Para baños de despojos cuando la suerte nos abandona, pues el Estropajo tiene la virtud de desenredar la suerte y las malas situaciones.
Se recomienda en enemas contra el parasitismo intestinal y la blenorragía.
FLOR DE AGUA: Dueño Yemayá.
Uno de los principales ewé del Omiero del Asiento y del Omiero con que se lavan las piezas de Yemayá.
FRAILECILLO O CAEIRECILLO DE MONTE: Dueño Oshún.
En medio del monte el Frailecillo chifla para llamar al Ngangulero. Oshún trabaja mucho y guerrea con el Frailecillo. Es maldito, trabaja por mal camino.
Muchos paleros lo tienen por Palo de Eleggúa porque dicen que silba como Eshu. Se hacen prendas malas con él.
Se recomienda para las inflamaciones del hígado y las manchas de la piel producidas por el mal funcionamiento de éste órgano, en cocimiento que ha de beberse como agua común.
FRAMBOYAN: Dueño Changó y Oyá. Es Igguinla (árbol grande) de Changó Onilé.
A cierta hora de la noche el Framboyán arde, quema como si tuviese candela dentro de su tronco. Si nos acercamos, si nos sentamos sobre sus raíces, lo oiremos crepitar. ¿El por qué? Porque a esa hora Changó y Oyá hicieron un pacto, trataron un asunto...
El año que el Framboyán tiene muchas vainas o florece antes de tiempo, predice o anuncia mortandad infantil en perspectiva.
Hay por lo tanto que tomar precauciones y hacer rogación. Se hacen rogaciones y se reza en el tronco y se le unta manteca de cacao. Ebbó de fruta para los muchachos.
Babalú Ayé quiere ir a reposar a su sombra y por eso tiene guerra con Changó, pues este, para que el “Viejo” no vaya al Framboyán, como sabe que por sus llagas, no puede andar por el fango, le forma un lodazal con lluvia. Babá se molesta, echa a volar la epidemia y es el punto en que perecen los muchachos.
Las vainas del Framboyán, pintadas de rojo, sirven de marugas o “acheré” y se emplean ritualmente para llamar a Oyá.
El Framboyán es muy bueno para el reumatismo y una fórmula excelente es esta: machacado con jengibre y aguardiente de caña, en fricciones y simultáneamente tomarlo en cocimiento.
FRIJOL DE CARITA: Dueño Babalú Ayé.
Con el frijol de carita se hace una pasta llamada “lolé” para la diosa Oshún. A la manteca de “olelé” se le pone bija y un poco de sal.
Con esta misma clase de frijol, majado pero sin sal, se hace el “ekrú”, manjar que se le ofrece a Obatalá.
FRIJOL NEGRO: Dueño Babalú Ayé.
Para buena suerte. Frijoles, garbanzos y maíz envueltos en papel por separado se arrojan en distintas esquinas con tres centavos para propiciarse “espíritus protectores”.
En caldo de frijoles negros se disimula un muy poderoso filtro amoroso que une inquebrantablemente a los amantes. Se sacan los corazones de dos palomas que sean casadas (cuando estén en celo). Se les arranca, se tuestan y se reducen a polvo muy fino. Los “rastros” de los interesados y pelos de las sienes, de la nuca, del centro de la cabeza (la cocorotina) “del orotí” y de los sobacos.
Todo el pelo, uñas de los pies y de las manos, se mezclan hecho polvo, con el polvo de los corazones y se dan a tomar “tradicionalmente” en un caldo o sopa de frijoles negros.
FRUTA BOMBA: Dueño Oyá.
Para rogaciones de cabeza, para curar la locura. El Santero debe consultar por medio del coco o de sus caracoles, “si la locura proviene de la sífilis o de algún espíritu”.
Extrae el jugo de la fruta, prepara un brebaje rayando el corazón y mezclándolo con jalapa. En días alternos y en ayunas, se administran siete dosis. Después, tres veces al día, un cocimiento fuerte de las hojas secas.
Para refrescar el Ángel dormir 16 días con hojas de fruta bomba y de higuereta blanca bajo la almohada. Las hojas se van reuniendo en un cartucho y a los 16 días se llevan al Santero.
FRUTA BOMBA (MACHO): Dueño Oyá.
Para dolores de ijada. Se hierve un tallo como de un metro de largo y durante 3 días de cada mes se toman baños de asiento muy calientes.
Se bebe además en cocimientos y se curan dichos dolores. Mezclada con leche de coco y tomada en ayunas, a cucharadas (según la edad del paciente); en grandes o pequeñas dosis se emplea contra los parásitos intestinales.
FULMINANTE: Dueño Todos los Orishas.
Esta plante silvestre produce unas vainas que al secarse estallan, lanzando sus semillas como un proyectil.
Con ella, el “ngangulero” prepara un amuleto muy eficaz para los policías y gente brava, etc., que a diario exponen la vida al peligro de otros “fulminantes” más terribles. Se conoce también esta planta por el nombre de “Salta Perico”.
GALAN DE DIA: Dueño Obatalá.
Para purificar el hogar de malas influencias, atraer a la suerte y crear un ambiente de algría y claridad, se riegan los pétalos por toda la casa.
GAMBUTE O GAMBUTERA: Dueño Eleggúa.
Se hacen mazos con sus ramas “garrotes” y se colocan junto a Eleggúa, para que la brujería de un enemigo se debilite y no surta efecto.
GERANIO: Dueño Changó.
Para baños de despojos. Da suerte. Para los nervios y para el corazón, en cocimiento ligado con toronjil. El más fuerte es el rojo (pupúa). Para los trastornos ováricos, tomarlo a diario con un buen vino seco de Jerez.
GUABICO: Dueño Eleggúa.
Cuando “mfumambata” (la justicia) o algún enemigo nos persigue, un “mpolo” bien trabajado de Guabico nos protegerá. Se riega por donde se supone que ha de pasar esa persona y nos libramos seguramente de su persecución.
GUAJACA: Dueño Eleggúa.
En cocimientos para hacer buches en casos de flemones en las encías y grietas en la lengua. Para las almorranas se prepara en pomada con manteca de puerco.
GUARAYU: Dueño Ochosi.
Para trabajos de este Orisha. Es desinfectante. Los objetos que ha utilizado un enfermo infeccioso se friegan con las hojas y raíces de este árbol, que bien hervidas servirán para evitar el contagio.
GUAYABA: Dueño Eleggúa.
El fruto es una de la ofrendas que más gusta a Eleggúa. Trabaja de preferencia con los garabatos (iwó lungoa) y las hojas “koka” (nkanda). A la suerte se le atrae con 7 garabaticos. Después que se usan se pilan. Se cocina un boniato, se unta de manteca de corojo y se le entierra en una encrucijada con jutía, arroz “areche” (frijoles). La persona se limpia con el boniato antes de enterrarlo, se llama a Eleggúa y se le entrega. Después se bañará con Ewé de Oyá: grama, grosella, albahaca morada, cucaracha morada, guacamaya, croto, ponasí, malanga amarilla. Ewé de Oshún: frailecillo, laurel, mastuerzo, angarilla, mata perro, platanillo de costa, jaboncillo, hojas de fruta bomba y caimito.
Para las quebraduras: se toma una cinta de hiladillo con la medida de la hernia de un quebrado (“manuguá”) y se introduce en una rajadura del tronco (“musitoto”) de un guayabo. Cuando esta hendidura se cierra, desaparecerá la hernia.
El cocimiento de los leños y comer frutas verdes, como antidiarreíco.
Para la cura de llagas, se usa los baños de hojas por su efecto astringente.
GÜIRA CIMARRONA: Dueño Osaín y Eleggúa.
Con el Güiro se practican innumerables “eddís” (brujerías) “Eddís” para atraer a una persona. Se le sacan las tripas y se limpia por dentro una güira cimarrona. Se le echa un litro de aceite de carbón y otro de aceite de comer. Se abre en la tierra un hoyo de media vara de hondo por una cuarta de ancho. Sobre éste se hace un puente de caña de millo. Se escribe en un papel el nombre de la persona que se va a atraer, se coloca el papel en el puente (que es preciso que no toque el fondo del agujero) y sobre el papel, en mitad del puente, se asienta el güiro.
Se marcan los días y aquí se invoca y se trabaja esa persona. El tiempo que dura esta obra se tiene una lámpara encendida continuamente.
El fruto de la güira cimarrona, la legítima (de Osain y de Eleggúa), es más pequeño que el de la criolla (de Yemayá). Este güiro (egwá pikuti), es el preferido de Osain y de Eleggúa para sus amuletos y resguardos. Osain, como sabemos, “El Osain Conversador”, se mete en uno de estos.
El jugo se aplica en el tratamiento de las úlceras gangrenadas. Con la güira cimarrona se hace un magnifico jarabe pectoral en la forma siguiente: Se hierven tres güiritos para dos litros de líquido, con lengua de vaca (wé wé), cogollo de mango (igokoró) arrancados hacia arriba, porque si el tirón se da hacia abajo pudiera causar hemoptisis; raíz y hoja de naranja agria (olómbo) y un poco de miel de purga; poco de aceite de esperma de ballena y una libra de azúcar prieta. Todo se hierve hasta que quede en punto de melado; se enfría y se embotella.
Este remedio africano, es inmejorable para catarros y pulmonías.
GÜIRA CRIOLLA: Dueño Osain.
La mujer a quien se le haya muerto su criatura en el vientre, tomará por agua común, cocimiento de la raíz, corteza, hojas y fruto.
Con los güiros grandes, de cuello largo (ató), vaciados, adornados con malla de cuentas y rellenos de millas, se hace música para Babá, San Lázaro.
Es su verdadero instrumento de música y el toque que él prefiere se le da con güiro.
GRAMA: Dueño Todos los Orishas.
Es otra yerba como la “pata de gallina” (kimbansa) que crece en todos os terrenos con igual obstinación de vivir e idénticas virtudes. Se emplea antes de comenzar el “Juego de Palo” para los “nkangues” (amarres) que se sitúan en las esquinas y protegen la reunión del Brujo y sus clientes. Con la grama no hay sorpresas, dice el “mambí”, mientras ata encima del caldero a los “mundales” (a la justicia), que no vendrá.
Sin más complicaciones basta para “prender” a quien se quiera con inclinaciones al suelo y pronunciar su nombre, hacer un lazo. El sujeto nombrado en el momento de estrechar el nudo, queda virtualmente atado y cautivo de la grama.
La Grama, “yerba brujísima” se introduce en muchos amuletos, “nasarandas”, bilongos e instrumentos mágicos, trabajan mucho y es de “cuidado”.
En Regla de Mayombe del Santo Cristo del Buen Viaje, se lleva un manojillo de Grama a la cabeza del que se inicia, con la “kanga” de maíz mojada en vino seco, coñac y tierra de la nganga, mientras se le pregunta tres veces su nombre y apellidos. Después que se le ha tocado la cabeza con la grama, se le corta un mechón de pelo que se guarda en la nganga, con la sangre que brota de las cruces que se le hacen al iniciado en los antebrazos, a ambos lados del pecho y en los empeines de los pies.
Cuando un “ngombe” nuevo, el recién iniciado, en alguna rama de “palo monte”, vuelve de recoger la ropa que se ha enterrado en el cementerio porque “al hacerse mayombero su cuerpo le pertenece a los muertos”, se le da de beber el zumo de la grama machacada y colada. Bebe tres sorbos. Con un puñado se le entrega la “kisengueré” o “kisengá” (la tibia, o sea, la canilla de un esqueleto, mágicamente preparada)que se pasará tres veces por detrás de las piernas, alrededor de la cintura y por la cabeza.
Con las briznas de grama y la canilla en la mano, se arrodilla ante la nganga. El espíritu no tarda en tomar posesión de su cuerpo, “lo tumba y se le encarama encima”.
La “kisengué” es como un tubo por donde ve el espíritu y entra en su “ngombó” ( se médium).
También la grama es muy apreciable por sus cualidades curativas. Se toma generalmente en cocimientos para el estómago y se afirma que es muy buena a su vez para el útero, la matriz y la irritación ovárica de la mujer.
GRANADA: Dueño Oyá, Changó.
Su fruto se le ofrece a Changó Orisha. Las ramas se alejan a los fantasmas que son a perturbar nuestro reposo a veces. Si consultando los caracoles, el signo de “Enillolé”, que predice muerte se repite tres veces, el adivino puede espantar la mala suerte con hojas y semillas de “Granada”. Pero en este caso, no esta demás sacrificar una paloma, pintar toda la casa de blanco y si la persona que consulta no tiene Santo hecho, pintarle con cascarilla los brazos; si está “asentada”, es preciso pintarle la cara a los que están presentes. Una brujería que sea a levantar ampollas o llagas en el cuerpo, se quita con granada, tres clavos en cruz, que se entizan con hilo blanco y punzó; se cortan tres limones y todo esto se hierve. Con la infusión, se le frota a la persona el lugar que tiene el “daño” y lo mata este trabajo seguramente. El cocimiento de granada es muy eficaz para ennegrecer el pelo y también para expulsar las lombrices y la solitaria acompañada de un purgante de aceite de ricino.
GUAO: Dueño Todos los Orishas.
¿Su dueño? “Elufa”, El Diablo y Oggún. Zarabanda. Con este arbusto no puede hacerse más que daño. Su contacto, su sombra, sus efluvios, todo en él es maligno.
No hay palo más endiablado en el monte, ni mejor para matar, desbaratar, reventar, acabar con todo. El espacio de tierra en que brota es igualmente pernicioso. La maldad es natural en el Guao, y nadie se atreve a tocarlo. El más ligero contacto con este matojo hincha y a veces produce fiebre.
Por ello es conveniente saber porque el Guao abunda en toda la Isla, la manera de evitarlos efectos desagradables de esa diabólica planta e inmunizarse contra posibles y futuros contactos. Si el Guao le pica a usted, vuelva de inmediato con un “fuete” o un palo. Insúltelo. Péguele duro y después lo escupe. Si al tocarlo se le había hinchado la mano o cualquier miembro del cuerpo y si siente picazón, se cura enseguida después de la paliza y ya nunca más aunque lo toque, volverá a hacerle daño. Esta operación debe hacerse por precaución, dondequiera que haya Guao.
Como la esencia de este arbusto es destructora, con su resina muy cáustica, se destruyen las verrugas, ojos de pescado y otras excrecencias de la piel.
GUARA: Dueño Oyá.
Figura entre los palos con que compone su caldero mágico el mayombero. Combinada con Yaya y RompeSaragüey, se utiliza para las lustraciones previas al juramento de una “moana-nganga”. Es excelente para despojos. La corteza y la raíz hervidas, en fricciones, calman los nervios. Las hojas en cocimiento para trastornos histéricos y el mal de los riñones.
GUAYACAN: Dueño Todos los Orishas.
De los más fuertes del monte y muy brujo. Se asegura que es como el Padre Santo de todos los “nkuni” y que si se quema su “nti” (su madera), despide el mismo olor de la carne de un cristiano que se abrasara.
Si en el monte se destruye un Guayacán ¡Que misterio tan profundo! Todos los arboles de aquel monte se secan y perecen. Hay que saber tumbarlo para que no haya perdición en el monte.
Con este palo fuerte se construye un amuleto muy poderoso que se lleva en una bolsita forrada de cuero, adornadas de cuentas y de un caracol. Se compone de Guayacán con las tenazas y la punta del rabo de un alacrán (nkutu tatikanga). Cabeza de araña peluda. Un caballito del Diablo. Un cien pies (se le cuentan siete anillos). Cabeza y corazón de aura tiñosa y de lechuza. Corazón y uñas de gavilán. Siete bibijagüas que deben cogerse cuando van cargando comida rumbo al bibijagüero (todo esto pulverizado, se entiende).
Los que reciben este amuleto aprenderán de memoria las oraciones del Justo Juez, de los Santos Evangélicos, del Santo Sepulcro, de la Guía del Caminante y de la Cruz de Caravaca. Estas oraciones después de aprendidas se queman y las cenizas se incluyen en la bolsa, envueltas en un poco de algodón. Cuando ya está construido y alimentado este amuleto, se le enciende una vela y se le reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Credo. Al hablarle se le dirá siempre (antes de entrar en materia): “Los muertos persiguen la cruz y la cruz va detrás de los muertos”. “El cristiano vivo va detrás de la cruz”.
El Guayacán con Ceiba, Majagua, Yamao, Amansa Guapo, Cambia Voz y Verbena, es inmejorable para dominar una situación “abayuncar o avasallar a una persona”. Y mucho mejor si se le añade a esto un majacito, una culebra y tierra de tres sepulturas.
El palo Guayacán no tiene rival para combatir la sífilis. Los bajos con sus hojas despojan y vigorizan los cocimientos, purifican la sangre. La resina es a emplearse por algunos pordioseros “muy vivos” que piden limosnas a nombre de Babá, mostrando sus “iléanos” (unas llagas rojizas) y “acarameladas” que no existen en realidad y que finge admirablemente la resina del Guayacán.
HELECHO DE RIO: Dueño Todos los Orishas.
Crece en el fondo de los ríos y es para los adeptos de la Regla Ocha, una de las primeras yerbas del “Omiero del Asiento”. Los mayomberos son a llamarle “Alúmamba”.
Sirve en muchas casas de palo para dar clarividencia. Se lavan los ojos del ”yimbe” con agua de río, miel de abeja de la tierra, de la colmena que se encuentre en el hueco de un árbol podrido, ojén, mejorana, geranio, moyas amarillas. El Padrino le lava los ojos, el mayordomo está detrás del “perro” (del iniciado) y cuando el Padrino termina de lavarlo, estrella un coco contra el suelo. El “perro” se asusta y en ese momento, adquiere vista con los ojos cerrados, “lo ve todo”.
El “helecho de río” le permite ver mientras esta cargado, (poseído); de otro modo con otras vistas por ejemplo, de “perro”, que se dan con lagañas de perro o de “mayimbe” (aura tiñosa) sufre mucho en la oscuridad, porque ve demasiado y en todo tiempo.
HINOJO: Dueño Todos los Orishas.
Obatalá trabaja con el hinojo para acabar con la “karakánbula” (para destruir la acción de una brujería).
Es el “Palo de la muerte”; se utiliza en las ceremonias que se le hacen al cadáver de los mayomberos judíos antes de darle sepultura.
HUEVO DE GALLO: Dueño Elegguá, Osaín.
El cocimiento devuelve el vigor, la virilidad, a la naturaleza decaída del hombre, y la leche contiene la sangre. Es muy empleado en la hechicería.
INCIENSO: Dueño Babalú Ayé.
Para despojos y baños. En cocimientos regula el período y calma el dolor de estómago. Aspirado el incienso aclara la mente, despeja y aleja las malas influencias. Actúa rápidamente contra el dolor de cabeza.
JAGUA: Dueño Yemayá.
Con el humo de la Jagua se le nubla la vista a los hechiceros, se les despista y burla (aunque cura le ceguera).
Ciega a las “ngangas judías”. El humo de su madera envuelve a los “fumbis” portadores de las brujerías del “Nóngo”, es una oscuridad tan espesa, que les impide continuar el camino y llevar el “bilongo” a su destino.
Además la Jagua tiene en su interior un “aché” de agua clara y fresca. Evita la impotencia, es afrodisíaco y cura la blenorragía.
JAGÜEY: Dueño Oggún.
“Musi Nganga”.
Es tan poderoso que se “traga” a un aguacate. Se atreve con la Ceiba y la domina. Puede con todos los palos, menos con la palma.
El Jagüey que se mete en el río (pues gusta nacer en las orillas y en las cuevas). Tampoco enreda al Guamá si este crece en la orilla, porque en el Guamá está Yemayá y “Madre Agua” es muy fuerte. Entonces el Guamá le gana esta contienda al Jagüey.
Lo mismo trabaja este palo en Mayombe judío que en cristiano y es muy venerado por los fieles de todas las Sectas africanas.
Un hueco en el tronco del Jagüey es un santuario natural por resultar la vivienda de un Orisha, que recibe allí, sacrificios, ofrendas y libaciones.
San Lázaro va con frecuencia a tomar la sombra del Jagüey y por igual que en la Ceiba y el Laurel, los “makutos” también se entierran a su sombra.
La corteza se arranca y se aplica fresca por el lado interior sobre cualquier órgano del cuerpo, inflamado y produce un excelente resultado y muy particular sobre las manos hinchadas.
Cura también las heridas.
JAZMÍN DE LA TIERRA: Dueño Obatalá.
El zumo de la flor para conservar la juventud y la tersura de los senos.
JENGIBRE: Dueño Oggún.
El fruto del Jengibre, con la caña santa embravece a Oggún.
En cocimiento provoca el menstruo y alivia sus dolores. Es recomendado para combatir el ahogo y los males de estómago.
JIA AMARILLA: Dueño Oshún.
Para hacer el Omiero con que se lavan los huesos de los animales que se utilizan en resguardos y reliquias, etc.
JIA BRAVA: Dueño Babalú Ayé.
En Ocha, con la Jía Brava se cubre a Babá. Su sombra es muy maléfica, pues solo los espíritus oscuros, malos, sin conocimiento van a este árbol. En su tronco se le pide la palabra a estos muertos que sus almas, aún desesperadas, son a sentirse apegados a la tierra.
Con “mosúmbila” trabajan mucho los mayomberos de cierto tipo, haciendo especialmente con las espinas, terribles hechicerías.
JIA BLANCA: Dueño Ochosi.
Se emplea en regla de Mayombe para “cargar” algunos palos.
Bien macerada se esparce en lugares malsanos para combatir las malas influencias espirituales y físicas y a su vez neutralizar el mal olor.
JIBA: Dueño Orishaoko.
Espanta brujo y la raíz tiene grandes secretos. Este Iggi es “okaga” (curandero), pero la virtud no se le da a nadie que no se “lague”. Realmente la Jiba lo cura todo. Es buena para la tuberculosis, para contener la hemoptísis y para todas las afecciones pulmonares. Los Ayé no se acercan donde vean una cruz de Jiba.
Por eso en Centros Espiritistas, para evitar que acudan espíritus oscuros se colocan estas cruces en los cuatro ángulos en que se celebran dichas sesiones.
JIQUÍ: Dueño Oggún.
Para enardecer a Oggún, cubriéndolo con sus hojas.
Los baños con el cocimiento de sus hojas, traspasan al organismo, la solidez y resistencia que caracteriza este árbol. Ahuyenta a los “ndiambos”. Mata la brujería. Los Mayomberos emplean las hojas para despojos y la raíz y el corazón para “templar” (dar vigor) a sus ngangas.
JOBO: Dueño Changó.
Esta es la casa de la Jutía (ekute), como la caña brava es la casa de “Nanú” (Nanáburukú).
Con las hojas del Jobo se bautiza la piedra de Changó y el muñeco de Cedro que lo representa. Este se lava con un Omiero en que el Jobo es yerba muy principal. Se tritura junto con los demás del Santo y se ponen en una palangana con agua (bendita) y agua de coco.
El fruto del Jobo, parecido al del Ciruelo gusta mucho a Changó, tanto como la Pithaya y el Mamey.
Los mayomberos lo estiman mucho también y lo emplean para asentar “kangome” (los huesos), en el caldero o “mulúnguanga”.
En baños disuelve la brujería que se recoge en los pies, cuando distraídamente se pisa algún “malembo mpolo”, una “wanga” Bangamí Mpolo gabb. Para esto se añade al Jobo, Rompe Saragüey, Piñón de Botija y Cedro Verde.
En Regla de Palo Cruzado, con la infusión de las hojas de Jobo se bautiza “Matari Nsási” o algún muñeco del género “chichirikú” que se llamará “KniKni” o “Batalla Tondá”.
Al carnero que se le mata a Changó, se le ofrece antes de degollarse una hoja de Jobo, preferencia a la del Alamo, que el animal mastica y traga, si Changó acepta su sacrificio. Con el Jobo se destruyen resguardos y Osaín.
El cocimiento de sus hojas desinflama los pies y facilita la expulsión de los gases y las telas de color que se lavan con este cocimiento no se destiñen.
JURUBANA O JURABAINA: Dueño Elegguá, Changó, Oggún.
Contra el “diambo”. Saca del cuerpo el “bilongo” que se haya tomado. Es uno de los grandes palos de mayombe. Cuando es preciso hacerle daño a un “gangulero”, bien para defenderse de sus ataques o matarle la nganga que le sirve, basta con espolvorear aquella con Jurubana. Por eso el brujo no consiente que todo el mundo se acerque a su Prenda.
LEGAÑA O LAGAÑA DE AURA: Dueño Oshún.
Le llaman “Bejuco”, pero hay bejuco y yerba. Huele a “mayimbe nsuso”; nace entre las piedras y da un grano morado como una uva que se administra en brebajes para “amarrar”.
Para despojos y limpiezas. Con los gajos se barre lo malo y por esto se le dice también “yerba bruja”; otros la llaman “mala cara”.
Mezclada con alcohol es buena para el reumatismo. Arde un poco, pués es caústica. Con el cocimiento se curan también las diarreas de los niños.
LINO DE MAR: Dueño Todos los Orishas.
Para desagraviar y sosegar a Yemayá, se envuelve su piedra en que se le adora en Lino de Mar y se sumerge en una palangana llena de agua de mar.
Se le ruega durante 7 días: el primero derramando sobre su Otán, 7 botellas de melado de caña. El segundo, ofreciéndole frijoles de carita. El tercero, fruta bomba. El cuarto, dulce de coco. El quinto, maíz finado y un rocío de añil. El sexto, catorce palanquetas (dulces) y el séptimo un melón.
De estas ofrendas se lleva una parte al mar, otra al río o a una loma y otra se echa en un basurero.
LINO DE RIO: Dueño Oshún.
Para aplacar a Oshún y también para obtener sus favores, se mete su Otán en miel de abeja y se le ofrecen dos gallinas amarillas. Al día siguiente se le abanica con cinco abanicos diferentes (abebé felé felé). Se le ofrecen cinco dulces finos y al quinto día de regalos y contemplaciones se sumerge la piedra en agua de río y se la envuelve después en un género amarillo con pedacitos de oro. La persona que costea estas ofrendas las coloca en una canasta (agbón) y se pone en la muñeca quince manillas para atraer la atención de Oshún y que la Diosa la siga.
Esta rogación se lleva al medio del río y se le llama, tocando una campanilla.
Esta planta es uno de los ewes del Omiero del Asiento.
LIRIO: Dueño Obatalá.
El zumo es vomitivo y se emplea para arrancar el bilongo. Con él se prepara también un jarabe para la tosferina.