Las religiones de las tribus africanas:

Los esclavos que fueron transportados al Brasil provenían básicamente de tres grupos tribales bien diferenciados:

Sudaneses o Yoruba / Geges o Daometianos / Bantús

Sudaneses o Yoruba:

Los idiomas de uso frecuente en estos pueblos eran el yoruba y el gegé nagó.

Reconocían como divinidad suprema a Olorum, un dios alejado de todo contacto con el desarrollo de la historia de los hombres, y que en consecuencia no era objeto de culto directo. Se trata, como suele ocurrir en muchas religiones politeístas, de un dios supremo totalmente separado y alejado de los hombres y de los demás dioses.

Pero en la mitología yoruba, Olorum tenía a su servicio una serie de intermediarios, denominados "orixás", que sí eran objeto de culto directo, y que eran los que de hecho gobernaban las acciones y decisiones de los hombres. Los orixás eran seres extrovertidos y pasionales, alegres y con rasgos casi humanos, que debían ser consultados y obedecidos por los hombres antes de emprender cualquier tarea.

Las relaciones que se establecían entre los distintos orixás daban lugar a una cosmogonía propia de este grupo africano; así, por ejemplo:

De la unión de Orixalá (el cielo) con Odudua (la tierra), habrían nacido Aganjé (la tierra firme) y Iemanjá (el agua).

A su vez, de la unión de Aganjé con su hermana Iemanjá habría nacido Orungan (el aire)

pero la historia no acaba aquí, Orungan se unirá con su madre (Iemanjá) para dar nacimiento a Xangó (el rayo), Ogum (la guerra), Oloxa (los lagos), Dadá (los vegetales) y Oxôssé (la caza).

Geges o Daomeitanos

A semejanza de los sudaneses, los daometianos también creían en la existencia de un dios superior llamado Olorum, remoto e incognoscible. Él habría sido quien autorizó a un dios inferior, Obatala, a crear la tierra y todas las formas de vida; pero una batalla entre ambos dioses decidió el alejamiento de Obatala.

En la mitología daometiana hay cientos de dioses menores (Ioa); aquellos que eran venerados ya en Dahomey se denominan "Rada", los que fueron posteriormente agregados en el continente americano se denominan "Petro". Estos intermediarios sirven a los dioses y entran en relación con los hombres. Cada uno de ellos tiene sus insignias y colores propios, y requiere de sacrificios específicos.

En contraposición con los orixás yoruba, los mediadores doametianos están más asociados al concepto de castigo, y manifiestan un comportamiento austero y grave.

Sostienen que cada persona tiene un alma compuesta de dos partes a las que denominan "gros bon ange" y "ti bon ange"; esta última es la que abandonaría el cuerpo durante el sueño o cuando la persona es poseída por un loa durante los rituales, el problema es que la ti bon ange puede ser dañada o capturada por un acto de hechicería mientras está alejada del cuerpo.

Los rituales voduns, tienen como finalidad establecer contacto con las divinidades para obtener su favor mediante la ofrenda de animales sacrificados y regalos, para de este modo obtener un mejor standard de vida, salud, etc.. En su visión de la realidad, los humanos y los loa son mutuamente dependientes: los intermediarios necesitan alimentos y otros materiales, mientras los humanos requieren salud, protección de los demonios, y buena fortuna.

A pesar de las claras diferencias con la fe cristiana, hay algunos puntos comunes que sirvieron oportunamente de base al sincretismo:

  • La creencia en la existencia de un ser superior.

  • El lugar que la devoción cristiana adjudica a los santos católicos, especialmente adjudicándoles patronazgos e intercesiones especiales.

  • La afirmación de una existencia más allá de la muerte

  • El sacrificio como centro de todo el sistema ritual.

  • La creencia en la existencia de seres espirituales y en demonios.

  • Bantús

Los esclavos bantús hablaban lenguajes diversos de los otros grupos tribales: el Congo y el Angola.
Este grupo étnico, no practicaba un culto a intermediarios divinos, sino que su práctica ritual (como en muchos otros pueblos primitivos) honraba las almas de los muertos. La fe bantú suponía que las almas de los difuntos estaban regidas por un dios supremo al que denominaban Zambi. Llamaban "zombi" a las almas de los muertos recientes, y suponían que vagaban por el mundo de los vivos.

Cada una de estas naciones africanas, perfectamente diferenciadas étnica, cultural y geográficamente, tenía una religión también diversa; pero la situación de esclavitud a la que fueron sometidas al ser violentamente transplantadas a territorio americano, provocó la ruptura de los núcleos familiares y tribales y la mezcla de etnias, tradiciones culturales y religiosas. Con el paso del tiempo y poco a poco, fue dándose en cada región del nuevo continente una cierta uniformidad de sus prácticas religiosas que tomó como base las semejanzas existentes.

Este proceso, al que comúnmente se denomina "sincretismo", dio origen a una serie muy amplia de rituales y sistemas de creencias que toman elementos diversos de modo dispar, de manera tal que puede ocurrir que la misma denominación se aplique a distintas divinidades, o que la misma divinidad reciba diferentes nombres y simbología según la región y el rito. Este fenómeno no hace más que dificultar su descripción y estudio.

Hoy día, estos orígenes diversos pueden identificarse por el idioma africano que subyace en cada rito, aunque no se mantienen en toda su pureza (salvo en el caso del yoruba), habiendo dado lugar a un lenguaje cultual nuevo, de carácter casi hermético.

Los ritos gegé-nagó son los que se han mantenido más puros hasta nuestros días, conociéndose casos de sacerdotes de origen americano que han regresado al África para purificarse y volver a las fuentes.


Las religiones indígenas:

Un elemento muy importante que, bajo el ropaje exuberante y exótico de los rito africanos corre el riesgo de desaparecer, pero que no debe ser olvidado ni infravalorado, son las religiones propias de los indígenas americanos. Estas creencias también tuvieron una importancia notable en el desarrollo de este sincretismo al entrar en contacto con las religiones de origen africano.

Si bien se trataba de grupos tribales diversos, en su mayoría sus creencias admitían la existencia de un principio rector superior y personal al que denominaban generalmente "Tupá".

Por debajo de Tupá, el panteón amerindio alineaba una infinidad de dioses o genios, como por ejemplo Yara (divinidad de las aguas de los ríos) y Jurupari (espíritu inferior que podría identificarse con los demonios).

Los indígenas americanos sentían terror ante la posibilidad de un encuentro con las almas de los muertos, las que según creían, se podían aparecer a los vivos bajo apariencia de animal durante la noche.

A los sacerdotes se los denominaba "pajés", eran cualificados por su capacidad de contacto inmediato con los seres divinos, y más que cumplir una función ritual o sacrificial dentro de su estructura religiosa, eran una especie de consejeros u orientadores que gozaban del poder de curar dolencias diversas y alejar a los Jurupari. Practicaban el fetichismo.


Elementos tomados del Catolicismo:

Recordemos en este punto que las cofradías de santos que se estructuraban en las comunidades parroquiales o las misiones, eran uno de los pocos reductos que posibilitaban a los esclavos la ocasión de mantener su lengua nativa sin necesidad de ocultarse.

Esta facilidad, fue utilizada por los distintos grupos para mantener sus propias creencias religiosas ocultas bajo un ropaje de apariencia católico. De aquí que el culto sincrético afro brasilero haya adoptado la imaginería de los santos católicos, dándole a cada imagen un significado nuevo y distinto.

Desde el comienzo, las imágenes de los distintos santos fueron identificadas con los orixás para mantener disfrazada la práctica religiosa animista. La selección de las imágenes se dio generalmente:

Tomando como base algún elemento distintivo de la imagen. Tal es el caso de Iemanjá que es representada como Stella Maris. Iemanjá es la fuerza vital de las aguas en movimiento, la imagen de Stella Maris aparece como surgiendo de un borbotón de olas marinas.

Tomando como referencia algún punto de la historia del santo en cuestión. San Jorge, no sólo es representado como un caballero que combate, sino que, según la leyenda fue un soldado; esto permite que sea inmediatamente identificado en el panteón Umbandista con Ogum, señor de la guerra.

Es muy importante tener en cuenta que la identificación de las imágenes no es unívoca, sino que hay variaciones de cierta significación según la región del Brasil en la que se haya dado el sincretismo.


Elementos tomados del espiritismo kardecista:

El espiritismo kardecista (de Allan Kardec, considerado como el fundador de la rama francesa del espiritismo contemporáneo) fue introducido en el norte de Brasil de la mano de un grupo de oficiales del ejército brasileño, pero no encontró de modo inmediato mayor aceptación dentro de la sociedad brasileña. Sin embargo, varios elementos de su doctrina fueron incorporados en las que hemos denominado religiones afro-brasileras, merced al proceso de asimilación por similitudes propio de los sincretismos.

Al referirnos a "asimilación por similitudes", estamos aludiendo a un proceso cultural por el cual se incorporan y reelaboran conceptos más sofisticados a los precedentes a partir de coincidencias aparentes. De este modo, la creencia en la presencia del alma de los muertos en el mundo de los vivos propia de las religiones animistas, es reprocesada a partir de la afirmación de la posibilidad de establecer comunicación con los muertos que sostiene el espiritismo, dando lugar a un ritual de invocación e "incorporación" de espíritus que se asienta en las antiguas creencias pero que asume rituales de origen moderno.

Así es como se pueden apreciar influencias notables del pensamiento kardecista en la práctica de la invocación de los muertos, en la creencia en la reencarnación, en la adivinación utilizando el método de la copa de agua, en el ritual de los pases, y en el énfasis que se pone en la práctica de la caridad y del consejo.

Claro que no sólo el espiritismo tradicional influye, sino que también se toman elementos del ocultismo teosófico, del que en los años '30 se adoptaron los baños de descarga de energías, los "trabajos" para finalidades diversas, y los rituales de encantamiento.


Resultados del sincretismo en Brasil

El complejo proceso de asimilación y confusión de elementos procedentes de fuentes tan diversas, que además alcanzaron peso distinto según la región de Brasil que estemos considerando, dio lugar a diferentes sistemas rituales y de creencias, que según algunos especialistas, pueden sistematizarse así:

  • Pajelança

  • Casa de Mina

  • Catimbó

  • Xangó

  • Candomblé (en la zona de Bahía)

  • Macumba - Umbanda (en Río de Janeiro y San Pablo)

  • Batuque (en Río Grande do Sul)

Se denomina Pajelança al culto tradicional propio del Norte de Brasil, en el que predominan los elementos cristianos y africanos; a sus sacerdotes se les da el nombre de "pajé", como a los antiguos hechiceros y curanderos de las tribus tupi-guaranis.

Xangó, es un culto sincrético con fuerte influencia nagó, originado particularmente en los estados de Pernambuco y Alagoas.

El Candomblé es de origen yoruba y bantú, y tiene su cuna en los estados de Bahía, Recife, Río Grande del Sur y Maranhao; mezcla elementos animistas, ocultistas y cristianos, mostrando algunos elementos de magia negra.

El Umbanda, mezcla la mitología africana del Candomblé (de ahí la similitud y parentesco entre ambos ritos), con las otras fuentes del sincretismo; en él la influencia espiritista es muy importante y se manifiesta claramente en que se tiene una noción muy fuerte de bien y mal. El Quimbanda es propiamente una línea ritual del Umbanda volcada objetivamente a la práctica de la magia negra, para lo que trabaja principalmente con los exus, y con Omolú (el orixá ligado a la muerte).

El Batuque por su parte, es más propio de la zona del Río de la Plata, y presente fuertes influencias del ocultismo y la magia.