EXTRAIDO DEL IBASE


Pedacito a pedacito comemos la cabeza de la rata.

Comentario: En muchas versiones de las escrituras Ifá la frase "Pedacito a pedacito

comemos la cabeza de la rata" es el primer verso de la primera estrofa. Comer la cabeza de la

rata es uno de los misterios de la iniciación en los Òrìsà y es una parte integral del drama

simbólico que ocurre durante los rituales de transición.


Para mí, hay dos interpretaciones de este proverbio, y ambas van al corazón de la sabiduría

de Ifá tal como yo la comprendo. El uso más común de esta frase es en respuesta a una serie de

preguntas. Cuando yo comencé por primera vez el estudio de Ifá mis mayores me dirían:

"¨Qué estás dispuesto a hacer para experimentar la transformación espiritual?" La respuesta

correcta es: "Estoy dispuesto a comerme la cabeza de la rata". Esto sería seguido por la pregunta:

"¨Cómo comemos la cabeza de la rata?" La respuesta que se espera es: "Pedacito a pedacito

comemos la cabeza de la rata".

Desde una perspectiva occidental, este diálogo tiene una connotación claramente diferente

de la reacción que provocaría en la cultura yorùbá. Para aquellos de nosotros que hemos sido

criados en un ambiente urbano, la idea de comer una rata es altamente repugnante. Sin embargo, en

la selva de Nigeria hay una amplia variedad de roedores, que abarcan en tamaño desde algunos

centímetros de largo hasta la forma y apariencia de un cerdo pequeño. Estos roedores están

incluidos en la dieta yorùbá normal y se consideran un añadido deseable a cualquier comida.

Admitiré que tenía mis dudas la primera vez que me sirvieron sopa de roedor, pero una vez

que junté coraje para tomar el primer bocado, no tuve dificultades con el sabor. La experiencia

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de realmente comer la rata transformó mi comprensión del proverbio. Al principio, yo suponía

que la expresión "comer la cabeza de la rata" significaba que el iniciado novicio estaba dispuesto

a hacer cualquier cosa, no importa lo desagradable que fuera, para conseguir la transformación

espiritual. En mi experiencia, ésta es una interpretación común de esta expresión cuando es usada

en el culto a los Òrìsà en Occidente.

Ya que en Africa no hay nada ofensivo en comer roedores, me vi forzado a reconsiderar mi

interpretación del proverbio. En términos prácticos, la cabeza de la rata es muy difícil de comer,

por causa de los huesos quebradizos que cortan la boca si uno no remueve cuidadosamente la

carne. Fue basado en esta observación que llegué a sospechar que la expresión "Pedacito a

pedacito comemos la cabeza de la rata" tenía una interpretación mucho más literal.

Ifá se basa en la creencia de que la transformación espiritual ocurre lentamente, de a un paso

por vez, en una secuencia regulada que conduce a un resultado deseado. Si uno va a comer la

cabeza de la rata, uno debe, muy lentamente y con el máximo cuidado, quitar la carne de a un

pequeño pedacito por vez. A menudo se pierden esta verdad quienes apelan a los Òrìsà en la

vana esperanza de que los Òrìsà les resolverán todos los problemas por medio de algún proceso

mágico que no requiera esfuerzo de su parte.

En el Odù Osá'Tùrá, cuando el profeta Òrúnmìlà define la naturaleza de la Verdad, dice

que aquellos que dicen la Verdad serán guiados por los Òrìsà. Decir la Verdad en la cultura

yorùbá también significa actuar la Verdad. La guía de los Òrìsà nunca es algo que se le hace a una

persona; es siempre un proceso que implica darnos la mano con aquellas Fuerzas que vienen a

nosotros desde el Reino Espiritual. El conocimiento sin la acción es una verdad sin substancia.